Radhika Hettiarachchi: “Las madres son las guardianas de la historia”
Radhika Hettiarachchi es activista, procuradora de arte y siempre ha trabajado en proyectos relacionados con la transformación de conflictos. En 2012 inició su proyecto Herstories con la intención de dar voz a centenares de mujeres que perdieron a sus hijos en la guerra civil que asoló Sri Lanka durante 26 años y que causó un total de 100.000 muertos y 400.000 desplazados.
Desde 2016 lidera el proyecto “The Community Memorialization Project” que, a través de la web www.memorymap.lk, recrea un mapa de la memoria histórica de Sri Lanka entretejido a través de las historias de decenas de mujeres de todo el país. Mediante testimonios orales o cartas manuscritas, estas mujeres explican su vida y hablan de sus duelos silenciados a la vez que expresan conceptos de perdón, reconciliación, resiliencia y esperanza sobre la historia de un país bello, humilde y generoso, acostumbrado a renacer continuamente de sus cenizas. Nos lo cuenta en el Art Gallery Café de Colombo, su ciudad natal.
¿En qué consiste el proyecto Memorymap?
Crecí viendo como mi pueblo se mataba en una eterna y sangrienta guerra civil. Aunque la guerra acabó hace ya 10 años, muchas madres no pudieron hacer el duelo necesario por los hijos muertos o desaparecidos ya que nunca llegaron a saber qué les pasó exactamente o dónde acabaron y su vida y sus historias quedaron silenciadas. Quería recopilar las experiencias de esas madres porque ellas son las que guardan la memoria de la guerra a través de fotografías, cartas, árboles familiares…”.
El proyecto, que empezó como Herstory y que ahora está plasmado en Memorymap.org incluye historias de mujeres y comunidades de un total de 320 localidades de Sri Lanka con el objetivo de archivar y guardar la memoria de experiencias de violencia y conflicto para poder seguir construyendo nuestro futuro dando visibilidad a un pasado que existió y que no podemos esconder.
¿Cómo definirías las historias recopiladas en este archivo digital de la memoria?
Son historias auténticas y reales, algunas dramáticas, pero todas ellas con una narrativa común de resiliencia y de esperanza en tiempos de guerra y de paz en Sri Lanka.
Además, lo he intentado hacer de una forma creativa incluyendo cartas manuscritas, mapas de la memoria, árboles de la vida, testimonios orales de mujeres y comunidades que, de otra forma, hubieran desaparecido de la historia. Este proyecto pretende darles visibilidad a todas ellas.
Cartas, dibujos, mapas… ¿De qué manera la creatividad refuerza tu proyecto social?
Para mí, el arte siempre ha actuado como altavoz de temas sociales y es un complemento perfecto para el activismo. El arte genera una imagen más holística de cómo nos relacionamos los unos con los otros, permite una conexión y una empatía que las cifras y los datos simplemente no hubieran tenido el mismo efecto en un proyecto así.
El arte y la creatividad aportan dimensión a lo intangible y conectan las personas a niveles muy profundos. Narrar estas historias de una forma creativa les añade una potencia de comunicación no verbal muy importante. Permite a cada historia expresarse de forma auténtica sin ningún tipo de censura ni manipulación. No escribo artículos sobre las historias ni opino sobre ellas, simplemente las plasmo tal y como son.
Estos "Árboles de la vida" han sido dibujados por cada una de las personas entrevistadas. La tierra representa su vida en la actualidad. Las raíces, su historia familiar; el tronco, su experiencia de vida, las ramas, sus sueños y anhelos. Los frutos, las cosas buenas que hay en sus vidas y las hojas, aquellas personas a las que valoran.
¿Cuál fue el sentido inicial del proyecto cuando lo iniciaste en 2012?
Cuando la guerra acabó, en Sri Lanka el gobierno generó una narrativa triunfalista única que se basaba en decir que habían ganado la guerra y habían liberado al pueblo. Toda esta narrativa se basaba en un discurso muy masculino del vencedor versus el vencido. La guerra acabó con una solución de tipo militar mientras el conflicto socioeconómico y étnico continuaba. Por ese motivo, pensé que era necesario capturar, documentar y transmitir las historias de uno de los grupos más afectados por la guerra: las mujeres que perdieron a hijos, maridos, hermanos... De otra forma, sabia que sus testimonios acabarían perdiéndose en la historia para siempre.
¿Cuál fue el proceso de recopilar todas esas historias?
Me fui sin permiso en una furgoneta, pueblo a pueblo, animando a las madres a escribir su historia en forma de carta, dibujando su árbol de vida, como una cronología. Muchas mujeres al preguntarles me decían que su vida no tenía nada de especial pero al ir narrando su propia historia, ellas mismas se daban cuenta de que eran auténticas heroínas.
Mi idea era recopilar 100 historias en un año y acabé documentando 285. Unas mujeres llamaban a las otras que también querían hablar y así el proyecto fue dando voz a todas ellas y restaurando su papel en la historia.
¿Por qué el testimonio de las madres?
Para mí, las madres son las guardianas de la historia, de la memoria familiar. Este proyecto conecta a madres del norte, del sur, del este de Sri Lanka, unidas por este sentimiento de pérdida. Les pedí que me explicasen quiénes eran ellas desde el inicio, que me explicasen la historia de su vida, no solo como madres sino como mujeres fuertes y valientes y ayudarlas así a poner en perspectiva su historia personal como seres individuales y no solo en relación a un rol social concreto.
Seguramente ha sido una experiencia muy terapéutica para ellas
¡Claro!. Cuando leen su propia historia y se dan cuenta de todo lo que han hecho, toman conciencia de su valentía y coraje y crece su autoestima y la idea que tienen sobre su propio valor ya no como madres sino como mujeres.
Rhadhika nos despide con una sonrisa acariciándose la tripa. En el momento de realizar la entrevista, le quedaba poco más de un mes para dar a luz a su primera hija. Cree que la maternidad le ayudará a profundizar aún mas en el sentido de la recuperación de la voz y de la memoria histórica de todas esas madres de Sri Lanka.