Sally Hambleton: “De pequeña, abría los ojos en mi habitación y veía flores por todas partes”

Sally Hambleton tuvo una infancia rodeada de flores. Pese a que la vida la llevó a trabajar durante 10 años en el frío mundo de los números, en 2003 hizo realidad su sueño de dedicarse a lo que le apasiona: el diseño floral. Desde entonces, su marca es una referencia de creatividad, belleza y calidad en el sector de las flores y sus ramos únicos, un auténtico lujo para la vista y para el corazón.

¿Quién es Sally Hambleton? 
Mi marca Sally Hambleton es un fiel reflejo de lo que yo soy y de lo que me gusta. Mi marido siempre me dice que el estudio de mercado que hago está basado en mí misma. Es una empresa de diseño floral al que está unido el acceso a materiales y contenedores donde arreglar esas flores que te llevan a muchas más cosas: a texturas, a textile, colores, sensaciones…
Plasmo mucho lo que a mí me ha hecho muy feliz durante mis 50 años de vida por lo que Inglaterra, por ejemplo, está muy presente en mi universo.

Mi madre es inglesa, soy la mayor de 4 hermanas y mi madre, después de llevar 50 años en España, sigue siendo 100% británica, mantiene sus costumbres y eso es lo que nos ha trasladado a nosotros. De pequeña, yo abría los ojos en mi habitación y veía flores por todas partes: en las cortinas, en el papel de las paredes, en los cojines, la ropa…todo tenía flores a mi alrededor.

¿Cómo llegaste al mundo de las flores?
Yo estudié diseño de interiores pero acabé trabajando en bolsa 10 años y me echaron en el 2001. Me encontré con el dinero de mi indemnización y sin nada que hacer y me fui a Inglaterra a estudiar diseño floral y, cuando volví a Madrid, monté un pequeño taller en mi casa en el año 2003 y enseguida se me fue de las manos y empecé a crecer.

Estuve los primeros 5 años sin redes sociales, sin inversión en publicidad y desde el inicio estuvimos enviando flores a personalidades conocidas y para momentos muy especiales. Hay personas que han venido de fuera a vivir a España y, gracias al boca oreja, han acabado siendo clientes nuestros. En los medios de comunicación impresos hemos salido desde el día uno. Ahora con las redes sociales todo esto ha cambiado y se ha incrementado exponencialmente nuestra exposición y la difusión de nuestra marca.

¿Por qué en España la gente no compra muchas flores?
España siempre ha sido un país sin agua por lo que el cultivo de la flor y el hecho de tener flores en casa no está tan desarrollado como en países como Inglaterra. El 95% de las flores que se compran en España son para celebrar: un aniversario, una boda, un nacimiento, para pedir perdón, para decir cosas que tú no puedes decir, que es lo que dicen las flores muchas veces. Aunque la pandemia cambió esta tendencia e hizo que la gente en España quisiera decorar y embellecer sus casas y el toque final estético siempre son las flores claro.

Al final la gente consume pocas flores para sus casas porque son caras. En España las flores son aún un producto de lujo y tenemos que apoyar a los productores nacionales para que podamos dejar de comprar flor holandesa, que es donde está el centro neurálgico del mercado de flores en Europa.

Y además los holandeses han venido a España, han comprado plantaciones en el Sur y ahora nos están vendiendo desde Holanda producto nacional. Yo quiero comprar clavel español y me tengo que ir a Holanda a comprarlo y no puede ser que pase eso. Sería mucho más lógico y sostenible comprarlo en España directamente.

A nivel mundial, Colombia y Ecuador son grandes países productores de flores. En África, Kenia produce rosas aunque de menos calidad y Holanda es el gran centro neurálgico de distribución de la flor.

¿Cuando observas una flor…qué ves en ella? ¿Qué te transmite?
Las flores muchísimas veces dicen cosas sin que tú tengas que escribir nada en una tarjeta. Por ejemplo, esta mañana hemos hecho una corona funeraria, que a mí me encanta. Nuestras flores acompañan a las personas en momentos muy importantes de la vida: cuando nace un bebé pero también cuando se muere alguien querido. A veces no hace falta escribir nada, las flores lo expresan todo. Es mágico lo que ocurre en este sentido con las flores.

A todo el mundo le gustan las flores y es difícil que esto pase con cualquier otro tipo de producto u objeto. En general, todo el que recibe flores siempre es el mejor regalo que le puedes hacer.

¿Cómo asesoras a alguien que viene a comprarte un ramo?
En primer lugar hay que tener claro que las flores son un material perecedero. Hoy puedo tener unos ranúnculos preciosos y la semana que viene quizás no estén tan bien. Ahora vendemos online pero cuando la gente llama por teléfono preguntamos para quién es el ramo, cómo es su casa, para qué es el ramo.

Yo elijo las flores y procuro que todo combine con todo más o menos. Pero en mi tienda no encontrarás nunca flores tropicales. No trabajo con ellas. Vienen de muy lejos. Son poco sostenibles y, para mí, tienen unos colores y unas texturas muy agresivas que no encajan con mi estilo.

¿Y cuáles son tus preferidas?
Para mí el ideal son aquellas flores que puedes encontrar en un jardín inglés en junio o en un jardín de bulbos como el que hay en Sissinghurst, un jardín romántico, lírico y a ratos salvaje, creado por la escritora Vita Sackville-West en los años 40 del s.XX en Kent. Dividido en parcelas o “garden rooms” e inspirado por el movimiento “Arts&Crafts”.

Para mí es importante que los ramos de flores reflejen la época del año en la que estamos aunque la floristería se adelanta un par de meses a las estaciones. En invierno tenemos bulbos como tulipanes, jacintos, ranúnculos. En verano rosas, peonias, hortensias…Para mí las tendencias las marcan las propias estaciones del año y las flores que me da la naturaleza en cada momento.

¿Cuál es el ramo más curioso u original que has creado?
Lo más original que hemos mandado fue, para un San Valentín, un ramo de 500 rosas rojas que nos encargó una mujer para un hombre.

¿Cómo llega una flor de un jardín a un jarrón?
Las flores se producen en los campos de cultivo. Allí se plantan las semillas. Se van cortando poco a poco a medida que van floreciendo. Muchas veces, cuando es nacional, se cosechan y se empaquetan el mismo día con lo que, entre que se ha cosechado la flor y la tienes en tu jarrón, solo han pasado tres días. Si viene de Holanda, eso se incrementa a una semana o 10 días y, si procede de Colombia, esa rosa a lo mejor ha estado 12 días fuera del agua.

En España, las flores se recolectan manualmente y se utilizan unos abonos menos agresivos de los que se utilizan en Holanda por lo que las flores españolas son algo más frágiles pero llevan menos productos químicos, algo que cada vez tengo más en cuenta también.

¿Qué se puede hacer para que las flores nos duren más en casa?
Al final se trata de tener sentido común. La flor no quiere calor, ni cambios bruscos de temperatura ni corrientes de aire y necesita agua. Quizás puedes alargarles la vida un día o dos. La media de vida de un ramo son 4 ó 5 días. 

Se ha puesto muy de moda la flor seca pero para mí son cadáveres que han perdido los colores y la vitalidad de la flor fresca. Pero entiendo que la gente quiera mantener sus ramos secos, precisamente por lo caros que son, aunque hay flores que no secan nada bien como los tulipanes, por ejemplo.

Decía Virginia Woolf: “Hasta que no seamos capaces de comprender la seductora belleza de una simple flor, seremos incapaces de entender el significado y el potencial de la vida misma”. ¿Qué podemos aprender de las flores?
De las flores podemos aprender acerca de la esperanza y de la paciencia. Me parece un gran acto de fe el hecho de que tú plantes una semilla en una maceta, brote y se acabe convirtiendo en una flor. ¡Es pura magia!. También las flores nos enseñan que, a veces, es necesario parar para volver a brotar de nuevo. Para mí, el mundo de las flores supone un campo enorme de conocimiento y de aprendizaje continuos.

Organizas viajes para visitar jardines en Inglaterra vinculados al grupo de Bloomsbury, en la región de Sussex y Kent. Explícanos un poco acerca de este tipo de viajes.
Se trata de unos viajes temáticos alrededor del mundo de las flores. Visitamos diferentes jardines bellísimos de la zona de Sussex y Kent y algunas mansiones como la de la pintora Vanessa Bell, hermana de la escritora Virginia Woolf y que perteneció al llamado grupo de Bloomsbury junto con otros artistas e intelectuales como el economista John Maynard Keynes, Lytton Strachey, Clive Bell o E.M Forster. Este grupo fue un adelantado a su tiempo. Cultivaban ellos mismos sus propios huertos, se hacían y pintaban los muebles de sus casas…

Siendo las flores un elemento muy tradicional, has conseguido innovar en este sector con tus bellas sombrereras, las hieleras, las cestas de picnic o los bolsos Zubi, por ejemplo. ¿Qué es para ti la creatividad y qué papel juega en tu día a día?
Llevo haciendo las sombrereras desde hace 20 años. Cuando trabajas un material tan atractivo como las flores da pie a dar rienda suelta a la creatividad y a hacer cosas diferentes. Hago muchos ramos de flores en sombrereras, cestas de picnic, jarras de agua, hieleras porque quiero contrarrestar la parte efímera de las flores con algo más duradero que luego puedas guardar y reutilizar. Para mí, es importante que el contenedor de las flores sea especial también. Ponemos flores dentro de todo aquello que pueda contener agua pero que, a la vez, sea viable, que no suba excesivamente el precio.

¿Cuál es el sello creativo de un ramo diseñado por Sally Hambleton?
Nuestros ramos tienen una estética de flor suelta, irregular en las alturas de las flores. No son ramos compactos. Hay muchos matices en los colores pero también en las texturas. Hay contrastes entre las flores y han de tener siempre un poco de follaje del momento. Es el estilo de un ramo que podrías haber creado con flores silvestres de un “cottage garden” inglés. Un estilo ligero y romántico.

Has creado también una “Flower School” y un “Club de Flores”. ¿En qué consisten?
El “Club de Flores” es un club que funciona por suscripción. Te suscribes y te mandamos ramos de flores de temporada cada semana o cada dos semanas o una vez al mes sin que tengas que ir a comprarlas. Es una forma de tener siempre flores en casa sin tener que preocuparte. De momento hemos abierto 25 plazas en este club y, si todo va bien, en el futuro lo abriremos a más suscripciones.

En la “Flower School” imparto talleres a personas y profesionales que quieren aprender a realizar una corona de flores de Navidad o que quieren dedicarse al mundo de la floristería, que ahora cada vez hay más interés en ello.

¿Te encuentras con personas que quieren copiar tu estilo?
Sí, claro, aunque yo siempre les digo que no copien porque seguramente les saldrá una copia mala. Siempre recuerdo una frase que no es mía, pero con la que me siento muy identificada que dice: “No hagas lo que yo hago. Ve lo que yo he visto”. Nútrete de todo lo bello que hay en la vida y de ahí saldrá tu propio estilo.
Yo me he nutrido de todos los ballets del mundo (mi madre era bailarina de ballet clásico), de la ópera, de museos, de jardines, de casas antiguas, de los viajes, de la decoración que siempre ha estado muy presente en mi vida.

¿Tienes algún nuevo proyecto en mente?
Pues estoy planeando escribir un libro. Lo tenía que escribir durante la pandemia, pero en aquel momento sentí que no era el libro que quería hacer. Pero ahora creo que sí que es el momento de escribir un libro y me gustaría que fuera didáctico y de inspiración, con el objetivo de acercar las flores al público final y que aprendan qué flores comprar, cómo mezclarlas, cómo decorar y embellecer espacios con flores.

¿Qué significar viajar para ti? 
Viajar para mí es emoción y yo me emociono fácilmente porque encuentro la belleza en cada esquina. Viajar es parar, absorber todo. Viajar es sorpresa también. Ahora estoy yendo bastante por trabajo a Castellón y a Valencia y me emociona esa luz de Valencia y ver los naranjos y volverme en el tren con el bolso lleno de naranjas. Viajar es salir de tu rutina y descubrir siempre cosas nuevas.

Los mejores jardines del mundo los he visto en Inglaterra, en España, en Bélgica, en Nueva Zelanda, en Colombia y en Marruecos. Una naturaleza espectacular en Méjico. Pero, para mí, el país jardinero por excelencia es Inglaterra. Uno de los programas más vistos de la televisión británica en prime time trata sobre jardinería.

¿Qué es el lujo para Sally Hambleton?
Para mí el lujo, a nivel personal, es estar donde quiero estar, en el momento en el que quiero estar, con quien quiero estar y rodeada de las cosas que quiero.
A nivel profesional, en Sally Hambleton tenemos la mejor calidad de flores, los mejores diseñadores florales. La mezcla del mejor producto con el mejor equipo, eso es lo que crea esas pequeñas obras de artesanía de lujo que son nuestros ramos. No hay dos ramos iguales.

Nunca te cansarías de viajar a…
Voy bastante a África y me gustaría ir a ver el Valle de las Rosas en Marruecos pero nunca me canso de viajar a Méjico y a Colombia. Me encanta viajar a Latinoamérica.

¿Tu próximo viaje?
Pues a Méjico donde voy a ir a dar clase e impartir unos talleres