Ida Pfeiffer, la viajera de la madurez
Ida Pfeiffer era un ama de casa austríaca que, a los 45 años, decidió colgar el delantal, vender sus propiedades y recorrer el mundo. Estamos hablando del año 1842 cuando no era nada habitual ni sencillo para una mujer viajar sola por el mundo. Aún así, Pfeiffer dio la vuelta al mundo en dos ocasiones y fue la primera mujer europea en recorrer el interior de la isla de Borneo. Se convirtió además en una escritora de éxito pues plasmó en sus escritos sus aventuras y desventuras de viajera valiente.
Ida nació en Viena en una familia de comerciantes de clase media alta y, durante los primeros años de su vida, fue educada por su padre junto a sus siete hermanos como un chico más, haciendo deporte, leyendo diarios de viaje y soñando con viajar hacia países lejanos.
Pero los sueños de la pequeña Ida duraron poco pues su padre murió de forma prematura y su madre cambió los diarios de viaje por el piano y la costura. Con el fin de huir de la mala relación con su madre, Ida accedió a un matrimonio de conveniencia con un abogado 24 años mayor que ella.
En 1837, su madre murió y, gracias a la herencia que recibió, pudo acabar de educar a sus dos hijos y, con 45 años, empezó a viajar por el mundo. Ya que era impensable que una mujer quisiera viajar sola por el mundo en aquella época, Ida Pfeiffer dijo que iba a peregrinar a Tierra Santa y viajó hacia Palestina, Constantinopla, Jerusalén, el Mar Muerto, Damasco y Alejandría hasta llegar a El Cairo.
Desde allí viajó en camello por el desierto hasta el istmo de Sue y regresó a Viena pasando por Sicilia, Nápoles, Roma y Florencia. Había pasado 9 meses viajando y sus amigos la convencieron para que publicara un diario de viajes. Lo hizo de forma anónima con el título de: “Reise einer Wienerin in das Heilige Land” (Viaje de una vienesa a Tierra Santa) y se convirtió en un gran éxito entre el público.
Ida Pfeiffer
En abril de 1845 emprendió un nuevo viaje hacia el norte pasando por Praga, Leipzig, Hamburgo y Kiel hasta llegar a Copenhague, desde donde partió hacia Islandia. Tras una dura travesía en un velero, desembarcó de nuevo en Copenhague, y viajó en dirección a Christiania (la actual ciudad de Oslo).
Regresó a Viena 6 meses después publicó un nuevo libro: “Reise nach dem skandinavischen Norden und der Insel Island im Jahre 1845” (Viaje al norte escandinavo y a la isla de Islandia en 1845).
Entre 1846 y 1848 realizó su primera vuelta al mundo en la que recorrió países como Brasil, Chile, Tahití, China, India, Persia, Armenia y Grecia, entre otros. En 1850, Ida publicó en tres volúmenes el relato de este viaje en “Eine Frauenfahrt um die Welt” (Viaje de una mujer alrededor del mundo).
Pese a contar ya con 54 años de edad, Ida decidió emprender una segunda vuelta al mundo en 1851. Viajó hasta Sudáfrica y de allí a Singapur, Indonesia e islas como Borneo, donde fue la primera mujer blanca en realizar una ruta por el interior de esta isla. Navegó por el Pacífico y llegó a California en 1853.
Desde allí, viajó a Ecuador y Perú y llegó a América del Norte pasando por Panamá y regresando a Londres en 1854. Publicó dos años después un total de 4 volúmenes de su diario de viaje con el nombre de “Meine zweite Weltreise” (Mi segunda vuelta al mundo). Ida Pfeiffer se había convertido en una mujer muy popular y mediática en Viena gracias a sus viajes y sus libros.
El último viaje de Ida
En mayo de 1856, Ida inició el que fue último viaje, con destino a Australia. Embarcó en Rotterdam con rumbo a Mauricio, donde permaneció varios meses. En abril de 1857, viajó a Madagascar. Allí fue acusada de espionaje, encarcelada y expulsada de la isla. Enferma, con fiebre y escoltada por soldados, Ida Pfeiffer fue obligada a cruzar durante 53 días zonas pantanosas infestadas de malaria hasta llegar a la costa.
En septiembre de 1857, de vuelta en Mauricio planeaba continuar su viaje a Australia, pero cayó enferma nuevamente y se vio obligada a regresar a su ciudad natal en septiembre de 1858. Murió en Viena al cabo de un mes a causa de los efectos tardíos de la malaria que había contraído años antes. Los dos volúmenes del viaje a Madagascar fueron publicados póstumamente por su hijo Oscar en 1861.