Peter Bellerby: “Puedes mirar un globo terráqueo mil veces y encontrar siempre algo nuevo”
El globo terráqueo existente más antiguo fue construido en 1492 por el navegante y explorador alemán Martin Behaim con la ayuda del pintor Georg Glockendon. En aquella época, los globos se fabricaban pegando gajos de un mapa de papel impreso sobre una esfera, a menudo hecha de madera.
Más de cinco siglos después, en una era en la que prima la tecnología, la rapidez y lo digital, Bellerby&Co Globemakers es una empresa de artesanos de Londres que sigue fabricando globos terráqueos artesanalmente. Peter Bellerby, su fundador, nos lo cuenta.
¿Cómo empezó la aventura de crear una empresa que fabrica globos terráqueos de forma artesanal?
Quería encontrar un globo terráqueo para regalar a mi padre por su 80 cumpleaños. Las opciones eran réplicas de baja calidad o antigüedades demasiado caras. Parecía que el arte de hacer globos tradicionales había desaparecido así que decidí hacerlo yo mismo, pensando que haría uno para mi padre y otro para mí. Pasaron dos años y centenares de globos que no me parecían lo suficientemente buenos y, tras casi arruinarme… ¡nació la empresa!
¿Dónde aprende uno a hacer globos terrestres?
No hay un manual o un lugar para aprender. Yo fui totalmente autodidacta y aprendí a través del método de prueba y error. Diez años después, aún sigo aprendiendo cosas nuevas.
¿Cuáles son los principales retos técnicos a los que se enfrenta un artesano de globos?
En primer lugar trabajas sobre una esfera, lo que ya es un desafío. Después, el papel es muy frágil y hay que ir humedeciéndolo y estirándolo, asegurándote de no superponerlo, rasgarlo, ondularlo o que se hagan las temidas burbujas. Y, al final, todas tus piezas deben coincidir perfectamente. Un error de tan solo 1mm en el último paso, puede ser fatal al final.
¿Cuál es el proceso que sigues en la fabricación de un globo?
Al tratarse de globos personalizados, hablamos en primer lugar con el cliente para ver qué tipo de globo desea y luego creamos simulaciones para confirmar la idea que tiene del mapa que quiere. Esto, a veces, puede ser un proceso que dura semanas e incluso meses.
Y luego llega la fabricación artesanal…
El proceso artesanal empieza creando una esfera perfecta a partir de dos medios moldes.
A continuación, editamos nuestro mapa, ya que cada globo está hecho bajo pedido. Tenemos dos cartógrafos en el equipo que actualizan nuestros mapas de forma regular y que los personalizan según las preferencias de cada cliente.
Una vez que el mapa está listo, se imprime y se corta a mano en forma de “gajos”. Estos están pintados a mano con acuarelas, lo que aporta un resultado único a cada globo. Cuando los gajos están secos se van pegando a la esfera con mucho cuidado. Después se agregan más capas y detalles de acuarela y el globo se sella con un acabado mate o brillante y se coloca sobre su base.
Cada globo tarda en estar listo entre unas semanas y 6 meses o más, dependiendo del tamaño, los detalles y la base.
- Los mapas se imprimen y se cortan en tiras con forma de gajos. Foto: Cydney Cosette. —
- El proceso de pegado de las tiras a la esfera es muy minucioso y requiere paciencia y destreza. Foto: Paul Marc Mitchell. —
- Una vez pegado el mapa, se dan los últimos retoques con acuarela. Foto: Andy Lockley. —
- La fase final consiste en el sellado y barnizado en acabado mate o brillante. Foto: Andy Lockley.
¿Qué habilidades y características personales necesitas para ser un buen artesano de globos terráqueos?
Tener mucha paciencia, atención al detalle, buen ojo, ser capaz de trabajar con papel delicado y movimientos lentos. Es necesario entrenar las manos, lo que solo se puede hacer por prueba y error y haciendo los mismos movimientos cientos de veces.
¿Cuántas personas trabajan en Bellerby&Co?
Somos un equipo de 22 personas, incluidos pintores, artesanos de la madera y del metal, cartógrafos, nuestro grabador, nuestro ilustrador, etc. Me encanta que artistas locales de Londres formen parte de nuestro equipo y que aprendan un arte que corre el riesgo de desaparecer.
¿Qué te ha enseñado el hecho de aprender a crear globos terrestres?
Trabajar y crear algo con tus manos es una sensación maravillosa. Aprendo algo nuevo cada día. Lo más importante es la paciencia y saber que cualquier cosa hecha a mano requiere su tiempo. También es esencial hacer algo que amas y crear algo de lo que estés orgulloso.
Además, siempre estamos descubriendo e investigando nuevos lugares después de detectar nombres de costas o montañas en el mundo. Puedes mirar uno de estos globos mil veces y siempre verás algo nuevo.
¿Cuáles han sido algunos de tus pedidos más originales?
Siempre es interesante ver las ideas que los clientes nos proponen: recuerdos de sus viajes o su historia familiar de viajes por todo el mundo…
Tuvimos un cliente que quiso comprometerse con un globo en lugar de un anillo. Hemos tenido algunos globos con más de 100 ilustraciones. Una banda de música que ha estado de gira durante 40 años y nos encargó un globo que mostrase las rutas de cada viaje que han hecho desde su ciudad natal y por todo el mundo. Una clienta nos encargó un globo donde solo estaban las Seychelles.
Hemos tenido pedidos de jefes de estado, organizaciones secretas, actores de Hollywood…no tenemos un perfil de cliente concreto. Enviamos los globos a todo el mundo. Los tres últimos grandes han salido hacia Filipinas, Zimbabue y Camboya.
En la era de Google Earth y los satélites, ¿cómo explicas la eterna fascinación por los globos terrestres?
Google Earth es para ir de A a B o para consultar un mapa desde tu móvil. Nunca te inspirará o será un objeto bello de deseo. Un globo terráqueo es algo hecho a mano y pintado a mano, con paciencia y cariño. Es algo eterno, que puedes dejar como legado a generaciones futuras.
Creo que, en la actualidad, queremos tener menos cosas pero las que tengamos que tengan un significado y una historia detrás: la historia de quién lo hace, cómo lo hace y por qué lo hace.