Érase una vez... la Sierra de Arrábida
Érase una vez una casa señorial situada en la poco conocida Sierra de Arrábida, un Parque Natural portugués a tan solo 40 kilómetros de Lisboa. Allí, rodeada de viñedos de moscatel y syrah, pinos y robles, Casa Palmela es un exclusivo hotel de 5 estrellas (el único que existe dentro del Parque). La historia de esta casa de cuento de hadas empieza en 1630 cuando perteneció a los jesuitas que la utilizaban como granja y para acoger a los miembros de la congregación de la vecina población de Setúbal cuando disfrutaban de sus vacaciones.
En 1889, con la expulsión de los grupos religiosos de Portugal, la finca pasó al estado y, a finales del s.XIX, la compró un noble para regalarla a su hija que se iba a casar con el Duque de Palmela. La casa siguió en manos de la misma familia hasta que en 1969 la heredó Bernardo Holstein, Marqués de Mofalim y abuelo del actual propietario, de nombre también Bernardo.
Desde 1974, fecha de la famosa “Revolución de los claveles” hasta el año 2000 aproximadamente la numerosa familia Holstein vivió aquí y pasó algunos de sus momentos más felices. En 2015 fue el actual propietario quien compró la casa a la familia y decidió remodelarla para abrirla a los huéspedes como un hotel en el que el lujo se basa en la autenticidad de lo local. Bernardo, junto a su mujer Joana, su primo Salvador (director de Casa Palmela) te reciben en lo que también es su hogar con el corazón abierto y dispuesto a ayudarte a descubrir, no solo los rincones de esta casa mágica, sino un sinfín de lugares y experiencias por vivir y disfrutar en la Serra d’Arrábida.
- Cualquier época del año es buena para disfrutar de la paz y las vistas de la Serra d'Arrábida desde Casa Palmela —
- Casa Palmela cuenta con 22 habitaciones, cada una decorada de forma diferente —
- La casa dispone de villas adyacentes, ideales para disfrutar del entorno y de múltiples actividades en familia. —
- Desde la galería principal se divisa la infinita gama de verdes del Parque Natural
La historia de este viaje a esta parte desconocida y exclusiva de Portugal está plagada de nombres propios. George es el patrón que nos lleva con su barco, partiendo del puerto de Setúbal, a descubrir el maravilloso litoral de la bahía de la Serra d’Arrábida que cuenta, en la península de Troia, con algunas de las playas más bellas y vírgenes de esa zona de Portugal. A bordo de un barco la perspectiva del paisaje y de la vida siempre cambia.
Descubrimos un palacio que fue propiedad del Conte d’Armand, un noble francés que vio la opción de convertir aquella zona en una especie de “Riviera portuguesa” y donde Jackie Kennedy se alojó con sus hijos y pasó parte de su duelo, tan solo una semana después del asesinato de Kennedy.
Mientras degustamos a bordo algunos de los mejores quesos locales acompañados de vino blanco, nos sorprende la compañía de un banco de delfines que navegan tranquilamente junto a nosotros. Se trata de una familia estable de 40 miembros que reside en la bahía.
Al día siguiente nos espera la aventura de descubrir la zona. Empezamos madrugando para visitar el Mercado do Livramento en Setúbal, uno de los más bellos de Portugal y toda una experiencia gastronómica y para los sentidos. Nos acompaña nuestro guía local, Vitor, que nos invita a empezar nuestro paseo degustando un chupito de “Ginjinha”, un tradicional orujo dulce elaborado con cerezas.
Seguimos nuestra ruta por el mercado probando unas ostras frescas, recién traídas de los criaderos del río Sado, y unos quesos locales de cabra acompañados de un pan casero insuperable y una copa de vino tinto. ¡Y todo eso sin salir del mercado!
- Los "queijos" artesanales, siempre presentes en la gastronomía portuguesa —
- Una degustación de la tradicional Ginjinha es parada obligatoria en la visita al mercado —
- Las ostras frescas recién traídas de los criaderos de la bahía pueden probarse en el propio mercado —
- El Mercado do Livramento en Setúbal es uno de los más bellos de Portugal
Decidimos que es hora de caminar un poco y, entre conventos y fortalezas, aprendemos como se fabrican a mano los tradicionales azulejos que forman parte de la belleza estética de las calles, casas y edificios de Portugal desde que empezó esta industria allá por el siglo XVI. En algunos lugares se siguen fabricando, utilizando la misma técnica de antaño y el cobalto como color principal para crear los típicos e inolvidables azules de los azulejos.
Salvador Holstein nos explica que en la antigüedad los más ricos tenían azulejos amarillos en sus casas. Este color se conseguía gracias al polvo del oro que traían los barcos portugueses desde Brasil en los siglos XVI-XVII y que regresaban a aquel país con los barcos llenos de azulejos y de piedra portuguesa.
Regresamos a Casa Palmela donde parece que el tiempo se ha detenido y cenamos acompañados de sus propietarios, Joana y Bernardo que amenizan nuestra velada con todas las entrañables e interesantes historias que forman parte de la casa, de la familia y de la historia de esa fascinante zona de Portugal.
Lisboa a vista de sidecar
Al día siguiente, un Sol resplandeciente nos da los buenos días y nos acompañará durante toda la jornada en la que vamos a descubrir lo mejor de Lisboa a bordo de una motocicleta vintage con sidecar. Lisboa es una ciudad que enamora por sus calles empinadas, sus fachadas de azulejos y colores, sus tranvías, su gente, el imponente río Tajo y, por supuesto, por su gastronomía.
Tras una parada obligatoria en la conocida “Fábrica de Pastéis de Belém”, donde degustamos un café junto al que diría que es el pastel más tradicional de Portugal que, en esa fábrica, se elabora desde el año 1837 en base a una receta secreta que se transmite de generación en generación, subimos hasta Alfama, la parte más elevada de la ciudad donde nos encontramos con Elena quien nos acompañará en un tour gastronómico por pequeños locales de barrio para acabar en el conocido y vibrante “Time Out Market”.
Pero la guinda gastronómica de la jornada está por llegar.
Por la noche nos acercamos al barrio de Chiado, para cenar en el restaurante “Bairro do Avillez”, propiedad del prestigioso chef portugués José Avillez, quien nos acompaña durante la cena y nos transmite su pasión por la cocina portuguesa explicándonos el origen y elaboración de los fantásticos platos que degustamos.
El chef tiene diferentes restaurantes en Portugal, entre ellos el "Belcanto", el primer restaurante de Lisboa con 2 estrellas Michelin.
El último día lo reservamos para conocer los alrededores de la finca. Nos acompaña el biólogo Mario Carmo en un relajante baño de bosque, durante el cual, nos explica, por ejemplo, que existen entre 30 y 40 especies de orquídeas catalogadas en la zona y que Esteval, que es el nombre de la finca en la que se encuentra Casa Palmela, procede del nombre de una flor muy abundante en el parque natural.
Mario nos explica el proyecto que en breve va a implementar junto a Casa Palmela denominado “Arrabida Soundscapes”. Mario ha pasado meses grabando los sonidos de un total de 50 puntos de la sierra a diferentes horas del día y de la noche, en diferentes estaciones del año y con condiciones climáticas diversas. El objetivo es colocar unos 50 puntos en los senderos que rodean la finca para que los huéspedes puedan pasear y, conectar la señal con el bluetooth de su teléfono y descubrir los diferentes sonidos de cada punto y explorar la naturaleza a través del oído.
- El biólogo Mario Carmo con la famosa flor de Estevel, que da nombre a la finca en la que se encuentra Casa Palmela —
- Acabamos la jornada con un picnic entre los viñedos y bajo el roble centenario de la finca —
- Foto: Carla Xavier —
- Casa Palmela está llena de rincones mágicos decorados con azulejos centenarios
Como no podía ser de otra forma, acabamos nuestro viaje por la Sierra de Arrábida como lo empezamos, en modo gastronómico, con un fabuloso picnic con estilo bajo el gran roble que, desde hace décadas, es el verdadero guardián de Casa Palmela.