Nellie Bly, la vuelta al mundo en 72 días

En 1888, con 26 años, Nellie le sugirió al World que la mandara como reportera en un viaje alrededor del mundo, para emular el libro de Julio Verne “La vuelta al mundo en ochenta días”. Al principio, los responsables del periódico dudaron ya que, en aquella época, una mujer no podía viajar sola y, además, necesitaría demasiado equipaje.

Pero, un año después, el 14 de noviembre de 1889, la periodista aventurera partió en su viaje de 24.889 millas desde Nueva York. Su equipaje consistía en el vestido que llevaba puesto, un abrigo resistente, varias mudas de ropa interior, un pequeño neceser, papel y lápiz, unas zapatillas y la mayor parte de su dinero en una bolsa atada al cuello.

El periódico neoyorkino Cosmopolitan patrocinó a su propia reportera, Elizabeth Bisland, para vencer el tiempo de Phileas Fogg y de Nellie Bly. Bisland viajaría en sentido contrario, saliendo el mismo día pero no conseguiría finalmente superar el récord de Nellie Bly.

Una reportera viajando sola alrededor del mundo

Nellie Bly tardó seis días en llegar a Southampton, donde tomó un tren hacia Londres, y de allí pasó al otro lado del Canal de la Mancha, a Calais, con el tiempo justo para tomar otro tren y dirigirse a París, previa parada en Amiens, donde pudo visitar a Julio Verne quien, escéptico, le dijo: “Señorita, si es usted capaz de hacerlo en 79 días, yo la felicitaré públicamente”.

Desde París se trasladó a Brindisi, al sur de Italia, y desde allí embarcó en un vapor con el que cruzó el Mediterráneo, con parada en Port Said, antes de atravesar el Canal de Suez. Cruzó el Mar Rojo, el Mar de Arabia e hizo escala en el puerto de Adén en Yemen.

Nellie cruzó el océano e hizo escala en Colombo, capital de la entonces Ceilán. Desde allí se dirigió a Malasia, luego a Singapur y a Hong Kong, donde se alojaría en el Hotel Craigieburn y después a Yokohama. En Japón le sorprendieron las geishas y el silencio de los japoneses, por ejemplo. En aquella época era extraño que una mujer viajara sola por lo que a Nellie no le faltaron pretendientes durante su aventura en solitario.

A diferencia de otras viajeras victorianas de la época, Nellie nunca criticó ni el aspecto ni las costumbres de los nativos que iba encontrando en los diferentes países por los que pasaba. Se sorprendió, por ejemplo, que los chinos fumasen mucho opio pero simplemente se limitó a compararlo con el whisky que bebían los británicos.

Desde allí zarpó hacia San Francisco y, una vez en esa ciudad, cruzó el país en tren, llegando a Nueva York a los 72 días, seis horas 11 minutos y 14 segundo, el 25 de enero de 1890. 
Cuando Nellie Bly llegó a Nueva York, su competidora Elizabeth Bisland todavía navegaba por el Atlántico, llegando cuatro días más tarde. 

Fruto de esa aventura, Nellie Bly fue escribiendo crónicas en las distintas escalas de su viaje que se convertirían en el libro “Around the world in 72 days” edición que iría acompañada de un  juego de la oca en el que la protagonista era la intrépida periodista que, gracias a esta gesta, se convirtió en una de las mujeres más célebres de su época en Estados Unidos.

Años después, en 1895, cuando tenía treinta y un años, contrajo matrimonio con Robert Seaman, un rico magnate de más de setenta. Al cabo de unos años, Nellie enviudó por lo que tuvo que hacerse cargo del negocio de su marido que acabó en bancarrota. Volvió entonces a dedicarse a lo que más le gustaba hacer: investigar, viajar y escribir.