El corazón de las Rocosas
Existe un lugar en el hemisferio norte americano que dobla la superficie de España y donde habitan tan solo 4,8 millones de seres humanos de los cuales la mitad viven en una sola ciudad, todos ellos rodeados sin remedio por uno de los parajes naturales más sobrecogedores del mundo, entre los gélidos hielos polares, una gigantesca y majestuosa cadena de montañas y el océano Pacífico con sus corrientes de agua cálidas.
Este remoto lugar apartado en apariencia de toda civilización, fue explorado por primera vez por españoles en el siglo XVI habiendo incluso establecido colonias en la isla de Quadra y el fuerte de Nutca y con el paso de los siglos forma hoy parte de Canadá. Es sin duda el escenario ideal para descubrir de una forma muy especial una naturaleza exuberante sin por ello tener que renunciar a ninguna comodidad o encanto.
Hablemos en verde
En sus orígenes, los tramperos pasaban parte del año viviendo en los tupidos bosques de la zona cazando para vender las preciadas pieles de animales en aquella época exóticos para el sofisticado mercado europeo. En sus temporadas de caza, establecían campamentos casi siempre cerca de un río para pasar la temporada. Hoy en día uno puede rememorar la experiencia de vivir en mitad del bosque de una forma muy especial.
La reserva de la biosfera de Clayoquot Sound, situada en la isla de Vancouver, alberga uno de los bosques vírgenes más antiguos del mundo, con árboles que estaban germinando antes de la llegada de los primeros españoles. En ella habitan la comunidad indígena de los Nuu-chah-nulth junto con oso negro, puma, visón americano, o lobo gris entre más de las 300 especies de vertebrados de la zona. En sus costas, ballenas grises, orcas, delfines y leones marinos entre otras.
Imaginad ahora un campamento construido de forma totalmente ecológica, con cero impacto sobre el medioambiente, que evoca esa era de los tramperos pero con el nivel de comodidad, encanto y cocina de un auténtico hotel de lujo actual. Además, la comunicad local indígena participa en la gestión del proyecto.
Con tan solo 25 tiendas de campaña y bajo el paraguas de la prestigiosa marca de hoteles de lujo Relais & Chateaux se crea el escenario ideal para disfrutar de unos días de aventura y actividad como en pocos lugares.
La llegada tan solo es posible en hidroavión antes de dedicar unos días a hacer salidas para ver osos en libertad, navegar en zodiacs en busca de ballenas y delfines, montar a caballo por paisajes remotos, probar suerte pescando salmón, quizás simplemente abrazar un árbol de más de 1.400 años de edad o incluso aprender a pilotar un drone y tomar increíbles fotografías desde el aire. Clayoquot Wilderness Resort fue diseñado para poder acercar la experiencia de vivir la naturaleza desde un lujo totalmente asilvestrado
Un atardecer desde lo más alto de las Montañas Rocosas es un espectáculo inolvidable al que sólo se puede acceder en helicóptero.
Con un concepto similar, Nimmo Bay cuenta con cabañas de madera con varias habitaciones pensado para sentir la naturaleza en familia. Sus cabañas totalmente equipadas, permiten tener la experiencia de vivir en mitad del bosque pero con un nivel de servicio impecable.
Pertenece a los alojamientos únicos seleccionados por National Geographic (National Gepgraphic Unique Lodges of the World) como signo distintivo de identidad reflejando su espíritu de exploración.
Está situado en la reserva de Great Bear convirtiéndolo en un lugar ideal para ver osos muy de cerca. Para hacernos una idea, a pocos metros del lodge, se encuentra una cascada de más de 150 metros de altura y podemos disfrutar de un delicioso pic nic a los pies de un glaciar o simplemente hacer padel board entre los lagos rodeados de infinitos bosques vírgenes de coníferas.
Hablemos en blanco
El oso polar está en grave peligro de extinción principalmente por la pérdida de hábitat debido al cambio climático. Existen 19 poblaciones de este magnífico animal repartidas en 4 áreas de mar helado en el Ártico. Para que os hagáis una idea, el 60% de todos los osos polares del mundo, viven en Canadá.
Entre Junio y Noviembre, en la remota Bahía de Hudson más al noreste, podemos poner pié en territorio polar y visitar el hogar de verano de los osos polares. Un zona abierta para unos pocos afortunados donde el dinero generado por un turismo cuidado y sostenible, se reinvierte en el estudio y protección de los osos polares.
Existen tres lodges operados por Churchill Wild especializados en encuentros a pie y de cerca con estos magníficos animales en su entorno natural. Tan solo se llega en la avioneta que vuela tan solo un par de días a la semana hasta la zona, así de remoto es el Ártico canadiense donde los osos polares viven en su entorno más natural.
- La palabra "ártico" deriva de oso en griego y antártico se refiere a la ausencia de osos —
- El zorro ártico puede soportar diferencias de temperatura extremas gracias a su compacta piel —
- Churchill Wild se especializa en encuentros de cerca con osos polares con total seguridad —
- Las auroras boreales son visibles entre los meses de noviembre y marzo
Una vez en el lodge, el equipo local a través de una sesión de briefing indicará todas las normas y la operativa para garantizar la seguridad de todo el mundo. Siguiendo las expertas indicaciones, podremos disfrutar de una experiencia que permanecerá en nuestra memoria durante el resto de nuestra vida.
Las caminatas son guiadas siempre por guías especializados y expertos bajo una absoluta seguridad. De todas formas para aquellos que lo prefieran, existe siempre la opción de salir a su encuentro en vehículos especialmente adaptados.
Un encuentro con estos carismáticos animales puede cambiar nuestra perspectiva sobre el entorno y animarnos a ser más conscientes sobre la conservación del medio ambiente. La naturaleza ha sido y siempre será un entorno que no solo nos sorprenderá sino que nos dará cada vez que la visitemos, algo que llevaremos con nosotros para siempre.
Canadá es uno de los escenarios en el planeta que nos permite sentirla no como simples espectadores, sino como protagonistas de nuestro propio viaje.