Chongqing, la ciudad futurista de China que desafía la lógica
Una metrópolis vertical en el corazón de China. Chongqing es una ciudad única en el mundo. Construida sobre un terreno montañoso y dividida por los ríos Yangtsé y Jialing, su urbanismo desafía las leyes tradicionales de la arquitectura. Rascacielos que brotan desde el fondo del valle, puentes que flotan entre colinas y plataformas que se conectan con carreteras a veinte pisos de altura. Esta topografía extrema ha hecho que Chongqing desarrolle una identidad visual inconfundible. Una ciudad que ha crecido hasta los 32 millones de habitantes gracias, en gran parte, a las migraciones provocadas por la construcción de la gigantesca presa de las Tres Gargantas.



El tren que atraviesa un edificio. Uno de los ejemplos más virales del urbanismo de Chongqing es la estación Liziba, donde el monorraíl de la línea 2 atraviesa el interior de un edificio residencial. A ocho pisos de altura, este tren pasa sin generar vibraciones molestas, gracias a un sistema de insonorización avanzada. Esta solución fue diseñada para optimizar el uso del espacio en una ciudad donde cada metro cuadrado cuenta.
Raffles City: el rascacielos horizontal. Otro de los iconos arquitectónicos de Chongqing es Raffles City, un complejo de ocho torres conectadas por “The Crystal”, una pasarela aérea de 250 metros de largo que alberga jardines, zonas comerciales y miradores. Diseñado por el prestigioso arquitecto Moshe Safdie, este proyecto ha sido comparado con una nave espacial urbana, símbolo del futuro de la vida vertical.
Plazas flotantes y calles en capas. La ciudad no solo crece en altura, también en niveles. Uno de los ejemplos más alucinantes es una plaza pública situada en la planta 20 de un edificio, accesible directamente desde una carretera elevada. A su alrededor, viviendas, restaurantes y oficinas conviven en un paisaje que parece un videojuego tridimensional.


Hongyadong: tradición reinventada. El complejo de Hongyadong reproduce con estética kitsch una antigua aldea tradicional china, ahora convertida en centro turístico y gastronómico. Aunque es una recreación, mantiene la esencia visual de las casas sobre pilotes de la cultura Bayu, iluminadas por miles de luces que hipnotizan a los visitantes. Justo encima de este escenario, se alza el puente Qiansimen, que conecta distintos niveles de la ciudad con vistas espectaculares.
Una ciudad para perderse (y no querer salir). Con más de 32 millones de habitantes, Chongqing es más que una ciudad: es un ecosistema vertical en constante mutación. Sus enormes bloques de apartamentos, sus calles colgantes y su mezcla de tradición y modernidad la convierten en un laboratorio urbano perfecto. No es casualidad que muchos la comparen con una versión real de Blade Runner. Aquí, el futuro ya llegó.

