Podríamos definir el verano como la persecución de un estado perfecto de ánimo, que cambia constantemente de lugar por todo el planeta y que ansiamos mantener durante el mayor plazo de tiempo posible. ¿Te imaginas que siempre fuera verano en tu vida? Viajar hace posible vivir ese verano perpetuo ansiado y perseguirlo recorriendo el globo en una serie de destinos que te proponemos para disfrutar del Sol entre agosto y diciembre.
Iniciamos nuestro viaje a la caza del verano viajando en agosto Benguerra, una isla de Mozambique, la segunda más grande del archipiélago de Bazaruto, que se separó del continente miles de años atrás. La isla es de aproximadamente 55 kilómetros cuadrados y es conocida por sus playas vírgenes de arena blanca, sus lugares para bucear, para pasear a caballo y excelente pesca. En Benguerra se pueden descubrir bosques, sabanas, lagos de agua dulce y humedales con cocodrilos y más de 100 especies de aves.
En esta isla paradisíaca, Kisawa Sanctuary es un resort de lujo que ocupa 300 hectáreas de bosque entre dunas de arena blanca y aguas azul turquesa. Kisawa significa “inquebrantable”, palabra que define el compromiso de este resort de crear un vínculo entre la gente y el país, entre la vida y el territorio.
Kisawa Sanctuary es el primer hotel del mundo construido en su mayor parte con impresora 3D y cuenta con un total de 12 villas privadas en un entorno exclusivo y remoto del Océano Índico. La sostenibilidad, la tradición y la tecnología hacen de Kisawa un lugar único.
El resort se ha construido utilizando un material sostenible, a modo de “mortero”, elaborado a partir de la arena y del agua salada de la propia isla y utilizando la impresión 3D para construir algunos de los elementos del hotel como la mampostería o los suelos.
Este alojamiento es el punto de partida ideal para descubrir la isla practicando senderismo en el interior, buceando o en kayak por la costa, relajarse, disfrutar de la gastronomía local y ver una de las puestas de sol más bonitas del mundo a bordo de un dhow, la embarcación tradicional típica de la zona.
La isla de Sumba, situada en al archipiélago de las islas menores de la Sonda, en Indonesia, es mundialmente conocida por sus ponys. En la isla se practican hoy en día cultos religiosos ancestrales de la Edad de Bronce y que se ven en las famosas tumbas megalíticas situadas al oeste de la isla y en las típicas chozas con techos de paja de 25 metros de altura que los locales creen que actúan como puente entre lo terrenal y el mundo espiritual en el que residen sus ancestros. Los chamanes locales, llamados “Ratos”, son los que toman aún las decisiones importantes como decidir cuándo se siembra o se cosecha.
En esta isla, Cap Karoso es uno de los nuevos hoteles que abrirán este año. Fundado por una pareja de viajeros franceses que vivían en Bali, Fabrice y Eve Ivara, este resort exclusivo cuenta con un total de 20 villas privadas en un entorno de naturaleza, playa y cultura autóctona, caracterizadas por una mezcla única de artesanía tradicional local y diseño.
El corazón del resort es una granja biológica de tres hectáreas donde se cultivan todos los vegetales y frutas que se utilizan en el restaurante del resort. Esta isla remota del mundo es ideal para reconectar con la naturaleza y con la tradición de sus habitantes en su estado más puro.
Pantelleria es una isla volcánica italiana situada frente a las costas de Túnez con un interesante pasado histórico y arqueológico y unos de los mejores fondos marinos del Mediterráneo para practicar buceo. Homero la bautizó como “El ombligo del Mediterráneo” y también se la conoce como “La Perla Negra”, un lugar de formas árabes y aromas típicos del sur de Italia.
La isla se caracteriza por sus dammusi, estructuras arquitectónicas arcaicas realizadas en piedra, integradas armoniosamente en los viñedos de Zibibbo. Unos viñedos cuyo cultivo se sigue llevando a cabo según antiguas tradiciones y que han sido reconocidos como parte del Patrimonio Mundial de la Unesco. Un destino evocador y desconocido en el que practicar aquello tan italiano del “Dolce far niente” y disfrutar con un baño en el “Lago di Venere” o una romántica cena entre viñedos bajo las estrellas alojándote en Sikelia, un exclusivo resort situado en el Valle del Monastero y desde donde descubrir los contrastes, la historia y la gastronomía de esta pequeña isla.
Petit St. Vincent, conocido localmente como PSV, es una isla ubicada a 60 kilómetros al sur de San Vicente, en las islas Granadinas. Se compone de suaves colinas y de playas de arena blanca. Esta isla es de propiedad privada, y funciona como un resort de lujo que ofrece un entorno sin explotar y playas vírgenes y remotas en el corazón del Caribe. Este hotel cuenta con villas privadas a pie de playa y un entorno perfecto para desconectar del mundo y reconectar con uno mismo.
Este exclusivo resort ofrece múltiples experiencias y actividades como picnics privados en la isla, barbacoas en la playa o cenas al aire libre con vistas al mar. Petit St. Vincent es un lugar para disfrutar de experiencias gastronómicas inolvidables en las que destacan los ingredientes locales.
Navegar y visitar las islas cercanas, practicar submarinismo, realizar clases de yoga o mimarse en el Spa al aire libre, situado en lo alto de una colina y con fascinantes vistas, y que supone un refugio tranquilo dedicado a nutrir la mente, el cuerpo y el espíritu.
Las Islas Turcas y Caicos son un territorio británico de ultramar situadas al sureste de Mayaguana en las Bahamas y al norte de la isla de La Española, donde se encuentran Haití y la República Dominicana, en aguas del océano Atlántico. Se cree que Cristóbal Colón llegó en 1492 a estas islas, habitadas entonces por el pueblo indígena Lucayan Taino, de la familia arahuaca. En el s.XVIII, sirvieron como refugio de piratas y durante la Revolución estadounidense (1775-1783), muchos británicos leales a la corona inglesa huyeron y se convirtieron en 1783 en los primeros pobladores europeos permanentes en las Islas Caicos.
Allí, en este paraíso del Caribe lleno de historia y con un entorno natural privilegiado que consta de 8 islas y unos 40 cayos, Parrot Cay es un resort privado y exclusivo dentro de uno de estos cayos.
Parrot Cay podría ser la definición del paraíso y de un de un exclusivo y eterno verano con una apetitosa mezcla para los sentidos de vegetación virgen y paradisíacas playas de arena blanca y aguas turquesa, calas escondidas y arrecifes de coral, ideales para practicar esnórquel, navegar en catamarán o hacer clases de yoga sobra le arena.
La gastronomía es otro de los puntos fuertes de este resort de lujo con el marisco como principal protagonista. Imperdible el el pargo asado al estilo del oeste de Caicos que se puede degustar en el restaurante asiático.
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